
Los expedientes desbordan la mayor parte de los juzgados (en la imagen, los coruñeses esta semana), con más causas de las que pueden resolver| KOPA
Fuente: La Voz de Galicia
La Administración habilita horas nocturnas para que los funcionarios efectúen citaciones.
Impagos, desahucios y conflictos laborales elevan en un 20% los asuntos tratados en los juzgados.
El colapso se agrava. Si la Administración de Justicia en Galicia tenía ya serias dificultades para solventar los asuntos que llegaban a los juzgados, los efectos de la crisis han disparado la actividad y amenazan con atorar más si cabe el esclerotizado sistema judicial gallego. Desde el mes de septiembre se han disparado todos los asuntos relacionados con los conflictos laborales que desembocan en el Juzgado de lo Social, al mismo tiempo que se han multiplicado los expedientes por impagos y desahucios, que suelen tramitar los juzgados civiles. El euríbor, por ejemplo, ha llevado hasta los tribunales gallegos a decenas de hipotecados que se han visto incapaces de hacer frente a sus obligaciones con el banco.
Aunque no será hasta final de año cuando la Administración pueda cuantificar el incremento de asuntos, los profesionales estiman que este aumento ronda al menos el 20%, una pequeña catástrofe para la Justicia gallega, donde se amontonan miles de asuntos por resolver. El efecto de la crisis sobre el sistema judicial tiene otra vertiente: los recortes en la inversión por parte del Estado. Para el 2009, el presupuesto apenas sube un 10%. «Pero el 10% de la miseria sigue siendo miseria», afirma el juez decano de A Coruña, Antonio Fraga: «Para solucionar esto hace falta una inversión de calado que nunca se hizo».
El principal tapón del sistema, según admiten todos los actores del mundo judicial, se encuentra en la cola del procedimiento, es decir en las ejecutorias, que se acumulan por miles en los juzgados gallegos y cuyos retrasos provocan que sean cada vez más frecuentes los casos en los que los condenados ven prescribir la sentencia sin haberla cumplido. «¿Qué mayor índice del colapso que situaciones como esas?», apunta el juez.
Más trabajo, mismos recursos
«El problema está en la intervención permanente del poder legislativo -reflexiona el abogado Víctor Espinosa-, que introduce modificaciones como los juicios rápidos o la Ley de Violencia de Género, pero no dota al sistema de recursos para afrontar esos cambios». La creación de dos juzgados específicos de violencia sobre la mujer en A Coruña y Vigo ha aliviado la carga en estas dos ciudades. Sin embargo, en el resto de Galicia los protocolos que establece esta ley han supuesto la penúltima avalancha sobre sus atascados recursos.
La última ha llegado con el descalabro financiero, que en algunos partidos, como el de A Coruña, ha llevado a habilitar horas nocturnas para los funcionarios encargados de las citaciones a acusados y testigos de manera que puedan atender la carga de trabajo y mejorar las expectativas de encontrar al citado en su domicilio.
Actualmente, en la mayor parte de los juzgados gallegos el volumen de asuntos sobrepasa entre un 20 y un 25% su capacidad máxima, fijada por el Consejo del Poder Judicial. Muchos profesionales consideran que, de mantenerse las actuales circunstancias económicas, el colapso se agravará sustancialmente con consecuencias imprevisibles. «Son ciclos que se conocen -explica un juez-, y pronto ese incremento que hoy se aprecia en la jurisdicción social y civil se extenderá a la penal». De momento, la gripe del sistema sigue sin medicación adecuada mientras el frío económico la va convirtiendo en una neumonía.