Los expedientes desbordan la mayor parte de los juzgados (en la imagen, los coruñeses esta semana), con más causas de las que pueden resolver| KOPA
Fuente: La Voz de Galicia
Hay atasco y faltan medios: el diagnóstico es unánime, aunque la terapia varía según el especialista. Los intereses no siempre coincidentes entre los actores del proceso complican la resolución del problema.
Los juzgados son un mundo lleno de actores con inquietudes que a veces coinciden y otras no. Dependientes de organismos diversos y obligados a la convivencia diaria, el análisis varía según la óptica. La única conclusión unánime es que el sistema está atascado y que hacen falta más medios y probablemente cambios en los procedimientos. Cómo aligerar el colapso es una cuestión ya sin unanimidad. Este es un somero chequeo al estado de la Justicia en Galicia en la voz de algunos de sus protagonistas.
ISABEL LOSADA
«Estamos mal pagados y faltan alicientes en el trabajo»
Isabel acumula 27 años de experiencia en su trabajo, los últimos en el Juzgado de lo Social, probablemente, el más rápido: «Parece que en algunas jurisdicciones la Justicia está atascada. En la nuestra, de momento no es así». Considera que los funcionarios están mal pagados: «Uno que apruebe la oposición y empiece en una plaza como Madrid, con el sueldo que gana no puede vivir solo y se ve abocado a volver a la vida de estudiante. Con todo, lo que más veo es que faltan alicientes; notar que tu trabajo genera unos resultados y que te sientes recompensada por ellos».
ANTONIO FRAGA
«No es posible administrar justicia de manera razonable»
«El cuello de botella está en la plantilla judicial. La proporción es de un juez por cada 100.000 habitantes, que es la más baja del entorno europeo». El juez desgrana los números del juzgado y finaliza con una conclusión inquietante: «En estas condiciones no es posible administrar justicia de manera razonable». Se muestra abierto al debate sobre reformas estructurales, pero siempre acaba en la misma conclusión: «No creo que los jueces puedan dar de sí más de lo que dan». A pesar de todo, el juez decano saca una mirada positiva: «Quiero creer que, con todos los problemas y las dilaciones que existen, los ciudadanos confían en los jueces y ven en ellos la última garantía de la protección de sus derechos». Sobre los medios de comunicación tiene una postura definida: «Yo soy de los que creen que debemos salir a defendernos, a contar nuestra verdad para que se sepa lo que ocurre. Nadie lo va a hacer por nosotros, porque al político no le importa el resultado».
MARCIAL MOSQUERA
«Tardan lo mismo con una causa grande que pequeña»
Marcial es arquitecto y ha sido citado a declarar como testigo en un pleito civil. Su principal queja, como la de casi todos, es la lentitud con la que funciona el sistema: «Quizás están desbordados porque no discriminan bien los asuntos». No es la primera vez que tiene que ir a un juzgado y cuando accede a esta entrevista acumula tres cuartos de hora esperando que lo llamen a declarar: «Yo diría que hay mucha alegría a la hora de presentar demandas y, al final, tardan lo mismo en resolver una causa pequeña que una causa grande».
ESTHER FERNÁNDEZ
«Las normas eran válidas para otros tiempos. Hay que cambiarlas»
Lleva menos de un año en el cargo y se expresa con una energía casi militar: «Es verdad que no hay medios suficientes, ni materiales ni humanos, pero hay que replantearse muchas cosas: los sistemas de gestión, por ejemplo; debemos adaptarnos a sistemas nuevos. No puede ser que todo siga siendo de papel y que la informática se utilice solo para datos de control y seguimiento». El acento de la renovación lo aplica sobre el procedimiento: «Las normas eran válidas para otros tiempos, pero ya no sirven. Hay que cambiarlas». Sobre el incremento de jueces expone dudas: «Habría que examinar el cuello de botella juzgado por juzgado». Y añade un matiz, no le gusta la lupa mediática sobre la Justicia: «Nos hemos puesto de moda y eso es muy peligroso».
JULIO REGUEIRA
«Hay mucho procedimiento judicial en marcha»
Sale de un juicio por desahucio que ha tardado medio año en llegar a la sala. El propietario no cobra desde febrero: «En este caso ha sido especialmente sangrante porque el dueño es un jubilado que complementa una pensión baja con lo que recibe del alquiler». Supuestamente ha sido un procedimiento rápido: «Si se producen problemas con las notificaciones, el dueño puede tardar hasta diez meses en entrar de nuevo en su vivienda. Y ahora habrá que ver la solvencia de los acusados para cobrar lo que se debe al propietario». Su diagnóstico es que la Justicia va «un poco lenta. Hay mucho procedimiento judicial en marcha y es evidente que en algunos juzgados están desbordados».
PILAR CUENCA
«En la imagen que tiene el ciudadano medio no salimos muy bien parados»
Lleva más de 20 años como secretaria y responde sin ambages: «Sí, la Justicia está colapsada en todas las jurisdicciones. Por falta de medios, sobre todo de unidades judiciales». Como jefa de los funcionarios que trabajan en su juzgado no cree que al sistema le falte lubricante: «Si el titular y el secretario controlan, no tiene por qué haber retrasos sobre los horarios. Si hay una baja, se cubre. Otra cosa es que se trabaje con los medios justos y que, cuando se produce esa baja, sea muy difícil de cubrir, lo que no ocurriría si los organismos competentes la suplieran de inmediato». El caso Mari Luz ha puesto en el disparadero al sistema y especialmente a los secretarios: «Nosotros estamos en el medio, entre el juez y los funcionarios y es una situación complicada en la que te puedes ver muy solo. No es mi caso, pero debemos trabajar con la ley en la mano y exigir que se cumpla de una forma exquisita; ser muy cuidadosos y poner de manifiesto siempre ante los organismos competentes cualquier problema que pudiera surgir». ¿Se fía el ciudadano de la Justicia? Esta secretaria incide en una precisión que se oye con frecuencia: «Es verdad que en la imagen que tiene el ciudadano medio que ve la televisión no salimos muy bien parados. Pero los que pasan por experiencias judiciales, en general no se quejan, ni del trato ni del sistema, al margen de los fallos que se derivan de esa situación de atasco».
